viernes, 10 de junio de 2011

Extraño mis rastas

Durante mucho tiempo desde mas pendejo quise tenerlas. Por cuestiones estéticas y demás. No es ajeno a nadie el hecho de que TODO entra por los ojos. Si era por cuestiones estéticas, el tiempo me demostró que al final estaba muy equivocado.
Uno tiene sus rastas lindas como las quiere tener, eso es obvio, y es muy lindo también escuchar de otros que le copan tus rastas y tal.

Poder arreglar y dejar como vos querés tus propias rastas es algo que NADIE te puede sacar nunca.
Te ayudan en momentos complicados.. cuando tenés frío o calor, cuando necesitás un cambio las peinas de otra manera. Les ponés anillos, las perfumás mojandolas apenas con el agua que chorrea de los pinos que hay en los caminos. Son un buen almohadón y casco. Que belleza :)

Mas que nada y que todo a la vez, son una gran muestra de que de con mucho mucho cariño y esfuerzo, poco a poco, cualquier cosa va a ir mejorando a su debido tiempo. Nos enseñan a aceptar y entender que lo que hay por afuera no necesariamente debe tener que significar lo mismo que hay por dentro. O que las cosas de la vida tienen un orden natural, y que por mas que intentemos cambiar eso, si no permitimos que tomen rumbo propio, a veces, en el afán de querer modificar siempre lo que no nos gusta, en vez de valorar lo infinitamente hermoso que es lo que tenemos, LA TERMINAMOS CAGANDO

Gran enseñanza de vida las rastas, si tenés la integridad espirutual necesaria

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